Por Anna I. Gil Wittke.
Aunque alcanzar el orgasmo parezca algo fácil, en ocasiones, puede resultar un camino complejo y frustrante.
Cuando una mujer repetidas veces, recibiendo la adecuada y suficiente estimulación, siente excitación, pero llega a un punto donde esta se corta de golpe o se estanca sin seguir en progresión, crea un aprendizaje: “yo no puedo llegar al orgasmo”.
Una vez instalada esta creencia, comienza un proceso en bucle donde la mujer se acerca a las relaciones desde la autoevaluación y la exigencia.
Este bucle comienza con el simple pensamiento previo a la práctica sexual, en lugar de pensar en “voy a disfrutar”, se suele pensar algo como “a ver si esta vez puedo llegar”. Es decir, ya hay una exigencia como meta.

Una vez que se comienza, se evalúan las sensaciones del placer, se observa si incrementa el placer o si al contrario se está estancando. Cuando se percibe ese estancamiento, se anticipa el fracaso con algo así como: “otra vez, no voy a llegar”.
Es entonces cuando tiene lugar la interpretación negativa de las causas por las que no se ha alcanzado el orgasmo, se cree que ha sido por alguna característica estable como “yo no puedo, no soy capaz, etc.” Todo esto acaba incidiendo de forma negativa en el aprendizaje sexual y siendo el precursor de repetir del mismo modo los siguientes escenarios sexuales.
El orgasmo es un reflejo
Algo importante es saber que el orgasmo es un reflejo, esto quiere decir dos cosas: una, que se produce de forma involuntaria y dos, que tiene un umbral mínimo para que se produzca.
Es un error intentar alcanzar el orgasmo porque esa focalización de la atención en lo que se quiere sentir y no en lo que se siente, hace que no se pueda sentir lo suficiente como para orgasmar.
Por otro lado, el hecho de que exista un umbral orgásmico significa que cada mujer tiene uno distinto. Otro error sería intentar sentir como se piensa que se debe sentir. Por ejemplo, algunas personas mueven la pierna con recibir un ligero toque en la rodilla mientras otras necesitan un golpe más fuerte en el tendón patelar para lograr el mismo efecto.

Sería absurdo intentar que dos personas realicen este reflejo a la misma vez, ya que cada uno lo siente de otra forma. Con el orgasmo llegan a haber una serie de exigencias como que se debe experimentar pasado cierto tiempo, a la misma vez o antes que la pareja y con un determinado tipo de estimulación como puede ser la penetración.
¿Qué hacer si no llego al orgasmo?
Si no logras llegar al orgasmo, puedes hacer dos cosas:
1. Disfrutar de lo que sí que puedes sin menospreciarlo diciendo cosas como “no he llegado al final” o “me he quedado a medias”. Cada tramo de placer tiene un valor incluso si no se llega al orgasmo.
2. Como el sexo es una conducta aprendida, puedes ir a terapia sexual para aprender el camino del disfrute sexual y desbloquear aquello que está impidiendo que puedas alcanzar el umbral orgásmico.
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