“Las personas que enamoran son las que se mejoran” Antoni Bolinches”.
“Si no eres tu ¿de quién se están enamorando?”
Para resultar interesante a una persona debemos, lo primero de todo, darnos a conocer a esa persona, es decir, abrirnos a ella. Esta “autoapertura” lleva a muchos miedos por lo que pueda ocurrir, por si fracasamos y, por lo tanto, no interesamos. En este artículo hablare de cómo mostrarnos y resultar interesantes siendo nosotros mismos, sin necesidad de actuar con un papel que no nos corresponde. De este modo debemos potenciar nuestros aspectos positivos y mostrarlos de una manera correcta a la persona que tenemos delante. Esto requiere de un conocimiento de nosotros mismos, tanto de aspectos positivos como negativos y también de una disposición a mejorar esos aspectos.
¿Cómo darse a conocer sin ser hermético ni resultar avasallador?
La motivación para darse a conocer es un aspecto muy importante para resultar interesante, sería la actitud que tomamos a la hora de darnos a conocer, es decir si en una primera cita lo contamos todo sobre nosotros o si, por el contrario, dejamos que la persona hable de sí misma y nosotros nos mantenemos al margen de tal exposición a nuestro receptor. Esto lo podríamos situar dentro de un continuo en el que en un extremo tendríamos la primera actitud definida, es decir el avasallador y en el otro extremo tendríamos a la persona hermética, la segunda definición.
Hay que buscar un punto intermedio en el que tenemos que aprender a escuchar a las personas cuando hablan. A veces, la gente que trata de ser interesante termina hablando demasiado sin darle la oportunidad a los demás de hablar. A pesar de tus esfuerzos, a veces te puedes enfocar demasiado en ti mismo. Las conversaciones deben ser balanceadas para que cada persona pase el mismo tiempo hablando y escuchando.
¿Qué conozco yo de mí?
Para empezar a seducir hay que conocernos y valorarnos. Sin un buen autoconcepto es difícil despertar interés en los demás.
Por lo tanto podemos considerar que el autoconcepto depende de la toma de conciencia de los propios valores personales, tanto los positivos como los negativos, y cuando conoces a una persona lo más idóneo no es mostrarle tus características negativas en una primera cita, si no las positivas, pero no con esto queremos decir que engañemos, sino que potenciemos lo positivo de nosotros mismos para resultar interesantes.
Para esto debemos conocer los valores personales tales como La inteligencia, la simpatía y la personalidad que nos llevaran a un buen entendimiento en las relaciones afectivas. La personalidad que enamora es la de quien siendo admirable nos hace sentir cómodos en su compañía. La simpatía que enamora es la que hace sonreír, sin ofender al prójimo. Y la inteligencia es la que se utiliza de una forma no agresiva todos los valores de la persona.
El aspecto físico es algo importante para resultar interesante a una persona, pero no es lo más importante. Puedes gustarle físicamente mucho a una persona y sin embargo no gustarle nada a otra e incluso puede que a alguien en un primer momento no le atraigas físicamente y sin embargo al descubrir los valores personales nombrados anteriormente puedas atraerle muchísimo en el aspecto físico, y viceversa.
Lo más importante es gustarte a ti mismo, cuidarse físicamente para mantener una buena salud y una mayor vitalidad y trasmitir eso puede atraer con más facilidad a los demás.
¿Cómo lo doy?
Muchos son los aspectos que pueden favorecer las posibilidades de éxito en un intento de acercamiento afectivo, pero todos ellos son la expresión o consecuencia de estos cuatro rasgos actitudinales primarios: seguridad, naturalidad, optimismo y autoestima.
. Ser una persona “AUTENTICA” directa, que no oculta sus intereses, que habla claro. Quien no tiene confianza en su mensaje no va a ser directo, si tiemblo, si dudo, si no creo legítimo mi mensaje la persona que tengo delante tampoco lo va a creer. Por lo tanto ser autentico resulta atractivo.. Nadie es perfecto, aunque tengamos idealizada a una persona que nos parece que todo lo hace bien. Seguramente, esa persona actúa de forma muy natural y hace que estos pequeños defectos o carencias pasen desapercibidas. Quienes saben convivir con estas “imperfecciones” -que todos tenemos- no necesitan “actuar” en ningún momento de su vida.: Ser una persona positiva. Si ante situaciones adversas, en lugar de quejarte o de maldecir, mantienes el buen humor, evitarás emociones negativas en la otra persona. Esto te permitirá despertar más atracción. Agrega aspectos positivos a los hechos de tu vida que compartes con los demás. En lugar de quejarte. Autoestimarse es quererse a uno mismo y ese sentimiento de apego emocional al propio yo resulta imprescindible para captar y aceptar las muestras de cariño ajeno. Quien no se quiere dificulta, con su actitud, la recepción del amor. La falta de autoestima nos hace dudar de la posibilidad de despertar el sentimiento amoroso y eso hace que cuestionemos las muestras de cariño recibidas, lo cual nos lleva a una actitud de dependencia emocional que demanda continuas pruebas de amor.