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La eyaculación precoz

Diferentes medios de comunicación han dado a conocer estadísticas que muestran que casi un 40% de la población mundial presenta la sintomatología propia de la eyaculación precoz. De este 40% sólo un 30% solicita la ayuda de un profesional. Más del 90% de aquellos que siguen un tratamiento adecuado logran superar esta disfunción.

Podríamos decir que la mayor parte de los expertos aceptan que alrededor de un 25-40% de todos los hombres padecen de eyaculación precoz en algún momento de su vida. (Carson C. & Gunn K., 2006).

En el Instituto de la Pareja (anteriormente Unidad de Terapia Sexual y de Pareja), estimamos que, desde el año 2009 hasta el 2013, aproximadamente entre el 60% y el 75% de las consultas masculinas en terapia sexual se deben a la eyaculación precoz.

La eyaculación precoz está infradiagnosticada e infratratada, ya que muchos hombres lo consideran irremediable o incluso un signo de alta excitación sexual. Esto se debe en parte al pobre conocimiento sobre sus causas y soluciones.

Pese al buen pronóstico que presenta la eyaculación precoz, sigue habiendo mucha resistencia a la hora de acudir a un especialista. Una dificultad añadida es saber a quién acudir. Suelen ser los médicos de atención primaria o los urólogos los que reciben las primeras consultas. Muchos son derivados a psicólogos que ofrezcan un tratamiento eficaz para las disfunciones sexuales.

¿Por qué se produce la eyaculación precoz?

La eyaculación precoz se origina por diversos factores. Puede surgir en el seno de una relación de pareja conflictiva, donde el hombre evita el contacto afectivo-sexual prolongado (son los menos). En otras ocasiones se debe a carencias en la educación, es decir, que él, no ha aprendido que la relación sexual pasa por satisfacer, ademas de a sí mismo, a su pareja (visión que se asociaba al machismo). A veces un mal entrenamiento, como masturbarse buscando eyacular en el menor tiempo posible, generan estrés y dificulta disfrutar y percibir las sensaciones graduales que se producen en el camino al orgasmo. Buscar distraerse durante el coito para retrasar la eyaculación produce los mismos resultados no deseados. También puede tener su origen en factores orgánicos a nivel neurológico o en enfermedades de la próstata. Pero, en la mayoría de los casos tiene un origen psicológico y del comportamiento. Suele ser una preocupación excesiva en complacer a su pareja o lo que los expertos denominamos “ansiedad frente al rendimiento”.

Debemos entender que el cuerpo humano posee la capacidad para un buen rendimiento sexual. Por eso la terapia consiste en descubrir y eliminar aquellas cosas que obstaculizan el funcionamiento sexual natural. Entendemos, de esta forma, que la persona posee esa capacidad y que en su estado natural es la adecuada.

¿Cómo se cura la eyaculación precoz?

Hace no mucho llegó al mercado español la pastilla “milagro” para esta disfunción. Me refiero a la dapoxetina. Milagro no sólo para la disfunción sino para salvar el orgullo de aquellos que la padecen. Pues es un alivio no tener que atribuir a factores psicológicos los problemas que se dan en el funcionamiento sexual. Este fármaco, efectivamente retrasa el efecto eyaculatorio, pero, ¿cuánto tiempo? Se dice que triplica o cuatriplica el tiempo transcurrido hasta la eyaculación. Pero si hablamos de eyaculación precoz, la cual suele darse antes o al poco tiempo de penetrar la vagina (no más de 1 o 2 minutos), llegar a 3 o 4 minutos sigue siendo antes de lo que la persona desearía para satisfacer a su pareja. Pues si una mujer necesita una media de 12minutos, el hombre debería al menos alcanzar este tiempo antes de llegar al climax. Entendiendo la importancia de los factores psicológicos, la terapia va encaminada no sólo a tratar la ansiedad, sino a aprender pautas de control del reflejo eyaculatorio. Entendiendo que la eyaculación tiene dos fases: una preexpulsiva (el llenado de esperma de las vías genitales posteriores) y otra expulsiva (la expulsión del esperma). Pues bien, la primera fase es susceptible de control volitivo, la segunda no; actúa puramente como cualquier otro reflejo, es decir como un impulso. Se trata de aprender a controlar esta primera fase de la eyaculación ya que es reversible y así poder retrasar la segunda. Es decir, que el implicado pueda eyacular cuando lo desee, disfrutando más de la fase previa al orgasmo. No obstante, se pueden combinar los medicamentos con la terapia psicológica.

Algunos consejos:

  1. Si entendemos que la relación sexual no se reduce a la penetración vaginal aumentamos el campo de exploración y disfrute sexual.
  2. El sexo, como la relación de pareja es cosa de dos y la responsabilidad se divide, no recae todo el peso en el hombre.
  3. Reconocer las sensaciones asociadas a la fase de pre-expulsión ayudan a detectar cuando uno está cerca de la expulsión, pudiendo parar para volver a continuar con más margen temporal.
  4. Centrarse en “sentir” en lugar de “rendir”.
  5. Hacer ejercicios de parar en un momento de excitación y volver a seguir una vez que la excitación haya bajado.
  6. Y desde luego, el mejor de los consejos para mejorar la eyaculación precoz es la terapia sexual desde un enfoque cognitivo conductual.

Se dice que la eyaculación precoz es la disfunción preferida de los psicólogos y sexólogos puesto que su tratamiento es tan eficaz como sencillo. La dificultad está quizá en que son pocos los que consultan y que además se tarda una media de 4 años y medio en hacerlo con lo que se contribuye a su cronificación. Por eso, si te encuentras en el caso de que de forma recurrente eyaculas antes de lo deseado, en un intervalo de tiempo muy bajo, el consejo es que solicites la ayuda de un profesional, para poder disfrutar cuanto antes de los beneficios de un buen tratamiento.

Mauro-Bolmida

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