Muchas veces hemos oído, incluso en canciones, frases como “no me quieres como quiero que me quieras”, pero ¿qué significa exactamente?.
En general, en una relación de pareja buscamos cubrir una serie de necesidades emocionales, ya que la sed de afecto es instintiva pero la capacidad para amar no lo es. Por ello, hombres y mujeres no suelen saber que tienen distintas necesidades y suponen erróneamente que el otro tiene los mismos deseos y finalmente ambos quedan insatisfechos y resentidos, pensando que su pareja ya no le quiere.
Es muy frecuente escuchar “lo doy todo y no recibo nada a cambio” o “me esfuerzo mucho pero no lo aprecia”. En estos casos, ambas partes de la pareja sienten que su amor no es correspondido, cuando lo cierto es que ambos dan amor pero no en la forma deseada para el otro. Por ejemplo, cuando una mujer se siente perturbada, su pareja intenta demostrarle apoyo haciéndole comentarios que rebajen la importancia de los problemas como “no te preocupes, no es tan importante”, suponiendo que eso le tranquiliza, sin embargo ella se sentirá minimizada, ignorada y poco amada.
Para arrojar un poco de claridad sobre este maremágnum de necesidades amorosas, el psicólogo John Gray describió, en su libro “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”, y clasificó las propias de cada sexo. Empezando por las más importantes encontramos que “ella necesita cuidado y él confianza”, pero ¿cómo se traduce esto en la vida cotidiana? Pues por ejemplo una mujer se sentirá cuidada si al llegar a casa su pareja le pregunta cómo le ha ido el día, qué tal la cita con el médico, si encontró la tienda que buscaba, si pudo llegar a tiempo a pesar de que hubo atasco, etc.,… Por otro lado, un hombre sentirá confianza si al contratar una línea telefónica su pareja no hace preguntas como “¿seguro que has buscado bien?”, “voy a buscar yo también” o “¿por qué no hablamos con alguien que sepa de esto?”; en este caso la mujer tiene que confiar en él y expresar su opinión sin poner en duda la valía del hombre.
En segundo lugar, “ella necesita comprensión y él aceptación”, es decir, una mujer quiere sentirse escuchada y comprendida sin ser juzgada, por ejemplo, si ella te cuenta lo mal que lo pasó cuando su ex le dejó a pesar de todo lo que había hecho por él, simplemente quiere que empatices con ella, la comprendas y apoyes, su intención no es provocar celos o advertirte. En cambio, un nombre necesita sentirse aceptado, y esto ocurre cuando ella le quiere sin tratar de cambiarlo, lo cual no significa que piense que es perfecto, sino que confía en él para que lleve a cabo sus propios avances. Si por ejemplo a él no le gusta ir al cine o salir a tomar algo con los amigos y ella insiste, él se sentirá presionado y suscitará la respuesta opuesta; pero si la mujer le transmite lo bien que lo pasa con él cuando salen a la vez que acepta que prefiera quedarse en casa, él verá que para su pareja es importante y tomará la iniciativa para complacerla.
A continuación “ella necesita respeto y él aprecio”, lo cual significa que una mujer se siente respetada si él le da prioridad a ella, a sus deseos y necesidades, mientras que el hombre se sentirá apreciado si ella reconoce sus esfuerzos personales. Trasladándolo al día a día, si él le regala flores o le prepara una cena el día de su aniversario, la mujer se dará cuenta de que las cosas importantes para ella son respetadas. Asimismo, si la mujer agradece dicho gesto y le hace ver que su esfuerzo no ha sido en vano, sino que es importante y especial para ella, él se sentirá apreciado.
En cuarto lugar pero igualmente importante, “ella necesita devoción y él admiración”, lo que se traduce en que ella se siente especial cuando él hace que sus sentimientos y necesidades sean más importantes que sus propios intereses, mientras que un hombre se sentirá admirado si ella se asombra de sus talentos como el humor, la fuerza, la persistencia, etc. Por ejemplo, si él utiliza un descanso en el trabajo para llamarla y simplemente decirle “te quiero”, ella se sentirá la mujer más especial; en cambio si ella no puede abrir un tarro de mayonesa y se lo da a su pareja que lo abre fácilmente y se lo agradece, él se sentirá el hombre más fuerte sobre la tierra.
Y en último lugar, “ella necesita tranquilidad y él aliento”, es decir, una mujer se siente tranquila cuando él le demuestra repetidamente (y hay que enfatizar “repetidamente”) interés, comprensión o dedicación, mientras que una actitud de apoyo hacia un hombre le da esperanza y coraje para creer en sí mismo y sacar su máximo potencial. En la vida cotidiana, si ella tiene problemas en el trabajo o se siente estancada, sabrá que su pareja es como un colchón de seguridad si cada día él le pregunta y le apoya en sus decisiones. Por otro lado, si un hombre se está preparando unas oposiciones y su pareja le alienta diciéndole que confía en él y en sus aptitudes, él sacará fuerzas para superarlo todo, incluso un fracaso.
En la medida en la que estas necesidades sean satisfechas, tanto él como ella se sentirán en plenas facultades para comprender, amar y apoyarse mutuamente cada vez de forma más automática, y sobre todo siendo conscientes de que “debemos quererle como quiere que le quieran y no como nosotros queremos que nos quieran”.