La gente se siente atraída por aquellas personas cuyos valores, actitudes, opiniones y características físicas tienen una semejanza con los propios. Además, tienden a preferir personas que sonríen con frecuencia, que están de buen humor y que nos hacen reír. Con estas personas por las que nos sentimos atraídos creamos lo que se denomina relación cercana.
Una relación la podemos definir como la unión interdependiente entre dos personas, lo cual quiere decir que entre ambas partes existe una interacción. Además, un cambio en una de ellas afecta a la otra y ambas son conscientes de la otra. En una relación interdependiente las conductas de una persona influyen en la otra, por lo que las partes no pueden actuar aisladamente, sino que deben amoldarse mutuamente. La relación cercana es una relación de interdependencia que se prolonga por un periodo de tiempo considerable. También es importante que se desarrolle un vínculo afectivo que proporcione seguridad y amor, lo cual va a implicar apego, cuidado y sexualidad.
Las relaciones cercanas prototípicas se consideran las relaciones románticas, las relaciones de amistad y las relaciones familiares, pero en este artículo nos vamos a centrar en las relaciones románticas.
¿Qué hace posible que funcionen las relaciones románticas?
La cercanía es el grado en que una relación proporciona a ambas partes de la misma una sensación de seguridad y una sensación de que son sensibles con su pareja. Cuanto mayor es el grado de sensibilidad percibido y declarado por cada parte, más cercana se va a percibir la relación. Además, cuanto más frecuente, diferente y fuerte sea el pensamiento hacia una persona junto con la duración de la relación, más cercana será la misma.
Cuando las circunstancias de la interdependencia son favorables es más factible que la pareja satisfaga las necesidades del otro. Sin embargo, cuando los intereses de ambas partes son incompatibles, surgen alternativas a la relación o se produce la traición, que es lo que llamamos infidelidad.
Por otro lado, el compromiso puede ser un buen componente para explicar la cercanía. Pero, ¿qué es realmente el compromiso? Consiste en la intención que tiene una persona en permanecer en la relación y se define mediante tres componentes, que son la intención de persistir, la vinculación afectiva y la orientación a largo plazo. La intención de persistir consiste en la motivación para mantener la relación mediante el aumento de la dependencia. La vinculación afectiva o apego psicológico hace referencia al bienestar percibido ante la interacción con la pareja. Y la orientación a largo plazo se basa en la involucración en la relación en el futuro y en las conductas con resultados en el mismo.
Así mismo, la cercanía será mayor cuanto mayor sea el solapamiento entre el yo y el otro. De este modo, la realización de actividades de forma conjunta ofrece un aumento en la satisfacción de las relaciones a largo plazo. El bienestar de la pareja también se promueve con comportamientos sensibles, tales como el sacrificio, el perdón y la tranquilidad mientras se soporta la hostilidad de la pareja cuando no está de buen humor.
Otro factor que cabe mencionar, es la confianza, que permite una mayor cercanía en la relación y permite la fortaleza para el cuidado incondicional de los demás. La confianza que se pone en la pareja y el deseo de que la relación sea mutuamente sensible tienen una influencia entre sí. De este modo, a mayor nivel de confianza en el otro es más probable que haya mayor dependencia, por lo que habrá un mayor bienestar, menores alternativas tentadoras y una mayor inversión en la relación.
¿Por qué dejan de funcionar las relaciones románticas?
Por supuesto, no hay un único factor que pueda determinar la disolución de una relación. Podríamos destacar la desilusión. La desilusión forma parte de la disolución de la relación y se toma como una disminución del amor por el otro, un descenso de las declaraciones de afecto y una menor percepción de sensibilidad. Esta desilusión puede desarrollarse por múltiples motivos, como pueden ser el no percibir suficiente apoyo por parte de la pareja, no tener confianza en la misma, haber perdido la motivación y no tener intereses comunes, entre otros.
En conclusión, dos personas pueden ser pareja, pero no estar cerca. No es suficiente con estar en pareja, es necesario estar cerca de aquella persona a la que amamos para que nuestro amor pueda ser recibido.