¿Cuántas personas felices conoces? ¿Cuántas parejas satisfechas conoces? ¿Son la mayoría de los que te rodean? ¿Es tu caso?
La mayoría de la gente conoce a más personas insatisfechas con sus relaciones de pareja que felices. No hace falta ser psicólogo para explicar algunas de las características que tienen las parejas infelices.
Digamos que sabemos lo que no queremos, conocemos algunas de las señales que evidencian el deterioro en la relación. Pero, ¿podríamos decir cómo detectar la felicidad en pareja? ¿Podríamos saber hacia dónde dirigir la relación para lograr la satisfacción?
Pues bien, en los últimos años, se ha despertado el interés en descubrir que hacen las “parejas felices” para estarlo o, mejor dicho, para serlo.
Para entender lo que produce satisfacción hay que fijarse en la causa. En este caso necesitamos conocer cuales son las fuentes de felicidad, si son internas, o por el contrario son externas. Si son fijas o variables. En el campo de la pareja sucede que muy a menudo se espera encontrar la felicidad del amor. Demás está decir que en todo esto el cine y la música, por no mencionar otros medios de comunicación, influyen enormemente. Desde niños vemos como las muchachas encuentran a su príncipe azul y es en este momento cuando saben que serán felices “para siempre.” De adultos, muchos se decepcionan después de un tiempo de relación y es común escuchar frases tales como “tu no me haces feliz.” De hecho, muchas matrimonios se rompen con la esperanza de encontrar a alguien que realmente les haga felices.
Es normal buscar la felicidad, pero hay que saber dónde buscarla. Si uno mismo no es feliz, difícilmente la pareja lo podrá suplir, al menos a largo plazo. Una forma de entender la felicidad es la satisfacción con lo que se es y con lo que se tiene. A menudo se compara la relación real con la ideal. Vemos que ese hombre no es tan comunicativo y que es muy poco romántico; o que la mujer no es tan comprensiva ni condescendiente como a él le gustaría. Y es precisamente esta comparación entre lo que es y lo que supuestamente “debería ser” lo que nos hace sentir mal.
Dicho todo esto sobre la felicidad, cabe destacar algunas características que se han observado en aquellos que se dicen satisfechos de su unión.
Características de las parejas felices:
Sentido de compensación o reciprocidad, sienten que la inversión que hacen con su pareja les sale rentable. Es decir, que los esfuerzos merecen la pena.
Siguen construyendo recuerdos de unión, no viven sólo de los primeros recuerdos, sino que siguen construyendo nuevos. Es decir siguen realizando experiencias como equipo.
Ven el presente y el futuro con esperanza, no se fijan en el pasado como la mejor época de su vida, sino que disfrutan del presente. Además creen que tienen futuro y eso les da unas expectativas positivas para seguir invirtiendo.
Evitan comparaciones negativas, tanto de su vida en pareja y como con otras parejas. Son parejas que en las comparaciones salen ganando. Es decir, tienen un sentimiento de gratitud y/o satisfacción por estar con quien están en lugar de compararse con otros y pensar “estaría mejor”.
Se admiran, se fijan activamente en la virtud del otro en lugar de enfatizar el defecto. Se comunican esta admiración verbal y no verbalmente. Lo contrario, lo que mata el amor es el desprecio, fijarse en lo que no gusta y proclamarlo.
Contacto físico y expresiones afectivas, no sólo sienten amor, lo llevan de su interior al exterior. Es decir, se lo comunican a la pareja con el contacto físico y se lo dicen con palabras. Suelen ser parejas que buscan el contacto físico también en público, aunque en este último aspecto podrían haber muchos matices.
A la hora de resolver conflictos:
Afrontan los problemas, en lugar de evitarlos. Han construido una red de comunicación para resolver conflictos. Estas parejas no se ven amenazadas por los problemas porque los resuelven. Precisamente las que evitan las crisis tienen más probabilidades de romperse.
Discurso de los problemas con responsabilidades compartidas. Asumen su responsabilidad en lugar de culpar. Esto facilita la resolución porque cada uno se ve implicado en lugar de atacado.
En definitiva, tienen discusiones constructivas contrarias al uso de los “cuatro jinetes del Apocalipsis” que son las actitudes que Gottman utiliza para predecir el divorcio y que veremos más adelante.
Para ser feliz una cosa muy importante es que la felicidad no dependa de nuestra pareja ni de otras circunstancias, aunque desde luego influyen. Que podamos valorar lo que somos y lo que tenemos. Que cuando analicemos nuestra relación nos fijemos en el progreso y en los puntos fuertes de esta y no en si es o no como la de las películas. Conforme crecemos parece que vamos perdiendo la capacidad de ver lo positivo, y nos cuesta disfrutar porque permitimos que lo que no nos gusta nuble lo bueno del momento.
Al final, es posible alcanzar la felicidad en la relación de pareja, pero hay que saber cómo y esforzarse.