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Terapia de pareja

La terapia de pareja es acción y reflexión sobre uno mismo y sobre la relación. El paciente es agente activo de su propio proceso. Este proceso lleva implícito una reflexión que desemboca en un cambio en cada uno de los miembros y la dinámica afectiva.

Objetivos

  1. Sacar a la pareja de su estancamiento. La pareja se ha estancado en posiciones extremas, y se trata de flexibilizar su comportamiento y sus dinámicas. Conseguir un equilibrio libre y flexible.

  2. Clarificar la relación. No se trata de salvar a toda costa la pareja, sino de que se llegue a una conclusión clara sobre lo que está ocurriendo y si ambos miembros están de acuerdo cambiar aspectos para continuar con la relación.

  3. Conocimiento de sí mismo. qué le lleva a uno a fijarse en esa actitud extrema, qué ideales le han hecho estar en esa postura, qué temores hay tras esos comportamientos; qué necesidades no satisfechas.

  4. Mayor comprensión para la pareja. tras conocimiento profundo de uno mismo, conocer y comprender también al otro; aceptarle como es y no como se quisiera que fuese; lo que no significa que se trate de dejar la relación tal como está y que se trata sólo de “tragar con los defectos del otro y ya está”. Se trata de que “cada uno es como es”, pero se puede comportar de forma distinta. Tras esa compresión de uno mismo y del otro, las dinámicas entre la pareja cambiarán. Sólo en apariencia hay un contraste polar entre ambos. En el fondo, son profundamente parecidos. Por eso se escogieron mutuamente para estar juntos.

  5. Conocimiento de la dinámica de pareja, cómo se ha ido desarrollando la situación problemática hasta la actualidad.​
El objetivo terapéutico a conseguir con la pareja será que cada uno busque una forma de relación que compagine óptimamente con las inclinaciones y aptitudes en que los miembros de la pareja se acepten con auténtica libertad, solidaridad y responsabilidad frente al otro miembro, a la familia y al entorno. Conocimiento, aceptación y responsabilidad de ese 50% de la relación.

¿Cuándo acudir a terapia de pareja?

Cuando se está dando una situación muy angustiante en la relación, de la que la pareja no se siente capaz de solventar por sí misma con los recursos con los que cuenta. No es necesario estar al borde de la ruptura. En ocasiones es suficiente con percibir una situación de malestar que se desea cambiar para lograr un estado más óptimo.

Venir a terapia no es sinónimo de que ya no hay nada que hacer en la relación, sino más bien lo contrario. Muchas relaciones se salvan a partir de la decisión de buscar ayuda profesional.

¿Se puede hacer terapia de pareja con sólo un miembro?

Se puede trabajar una problemática de pareja con sólo un miembro de ellos que lo refiera. Esto ocurre porque la pareja, como una díada, es un sistema; y alterando el comportamiento de uno de los miembros de la pareja se altera el sistema. La perspectiva será la misma que trabajando en pareja: se tendrá en cuenta la dinámica existentes. No se trata de “curar al miembro de la pareja que es el que está loco” o de “enseñar a uno de ellos a cambiar al otro, que es el que realmente está mal”. Cada uno tiene parte de responsabilidad sobre los problemas que hay en la pareja. El miembro que acuda a terapia, asumirá esta parte y la modificará. Esa modificación provocara una modificación en el otro que forma parte de la relación.